De acá a la China
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Este artículo fue publicado originalmente en el portal Va Con Firma

Por Fernando Barraza
Dos laburantes de la cultura oriundos de nuestra región acaban de volver de una gira de un mes con un ensamble de tango por varias ciudades de China. ¿Quiénes son, cómo lo hicieron qué les quedó de una experiencia tal? Pues tendrás que enterarte de todo leyendo la nota...
La data pura y precisa, “la noticia”, es ésta: un ensamble argentino de músicos y bailarines de tango dio 20 conciertos en China, recorriendo 20 ciudades durante casi un mes ininterrumpido. Ya de por sí esto es un notición cultural ¿o no? Sin embargo posee un elemento positivo extra para nuestra región ya que en esa treintena de participantes hubo al menos cuatro de nuestra zona.
Al tratarse de un destino tan lejano y de una circunstancia tan eventual, es bueno revisar de cerca de qué manera se llevó a cabo esta epopeya y cómo se lee desde el punto de vista de las propias personas protagonistas, sobre todo teniendo en cuenta las tensiones que se viven en torno a la manera en las que los estados participan (o no) de este tipo de propuestas culturales.
Como para conocer un poco más en profundidad los detalles de esta gira, decidimos conversar con dos integrantes del “clan patagónico” de este viaje: el neuquino Nicolás Porley, saxofonista, y la roquense Florencia Benegas, bailarina. Nico y Flor son dos seres sureños vinculados al arte y el trabajo cultural con amplia trayectoria y -lo hayan imaginado o no- ambos terminaron laburando de lo que aman y a pleno motor durante un mes en la lejanísima China.
El viaje se dio por la gestión en producción de la Camerata Porteña, una formación fundada en 1986 por el maestro Marcelo Rodríguez Scilla, a instancias del mismísimo Astor Piazzolla, su mentor. Este ensamble de música y danza se ha dedicado desde sus inicios a la renovación del llamado “Tango Contemporáneo”. Su rasgo distintivo es la combinación de la música de cámara, con la fuerza expresiva de la música de Buenos Aires en su versión mas popular. Tanto los arreglos e interpretación de la obra piazzolleana como las composiciones propias tienen este sello que unen lo sutil y bordado en trabajo de cámara con la fuerza expresiva del tango en su manifestación más difundida.
El viaje fue una coproducción en la que hubo un apoyo institucional por parte de la Embajada Argentina en China y la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina, más el apoyo para la cobertura de los costos financieros por parte de la empresa estatal china Beijing Poly Theater Management, fundada en 2003, que se ha convertido en la cadena de teatros y agencia de artes escénicas más grande del mundo.
Sobre el “gran llegar” a tan distante destino y el estar viviendo de gira allí por casi un mes entero, Nicolás nos cuenta:
“Ir a china es muy difícil, sobre todo por los costos. Pero el trabajo del Maestro Marcelo Rodriguez Scilla y su equipo de producción lo consiguió. Actuamos en 20 ciudades, durante una gira que duró 28 días. Mucho ajetreo de ruta, trenes, aviones. Ciudades donde no estuvimos ni 20 horas, otras en las que no llegamos a pisar la vereda fura de los teatros. En algunas nos escapabamos robando horas al descanso, para poder decir: Che, un poco caminé por China, y vi esto o aquello”.
Sin lugar a dudas la gira ha tenido, desde la producción y teniendo en cuenta la realidad actual en materia de cultura y espectáculos, una traza verdaderamente épica.
Pues bien, antes de meternos en aspectos puntuales de esta vertiginosa y fortalecedora experiencia conozcamos a un poco a Florencia y a Nicolás, sureños en China.
¿Quién es Flor?

Florencia Micaela Benegas nos cuenta sobre sí misma: “Tengo 25 años y nací en General Roca. Actualmente vivo en Buenos Aires, donde desarrollo mi carrera como bailarina profesional de tango y folklore”. Su camino en la danza comenzó a los 5 años, cuando empezó a estudiar danzas folklóricas en el Instituto IDAF, donde se recibió como profesora con tan solo 15 años. Desde los 9 años estudió danzas clásicas y contemporáneas en el IUPA, instituto gratuito que formó a centenares de artistas y docentes de arte en la región.
Al tango entró de joven, gracias a las clases con Myriam Privitera y Chango Monasterio “y desde entonces supe que era el camino que quería seguir” dice con una sonrisa.
Actualmente Florencia está radicada en Buenos Aires y finalizando la Licenciatura en Folklore, con mención en Danzas Folklóricas y Tango, en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), y a pocas materias de completar también la mención específica en Tango.
Ella es parte de la Compañía de Tango de la UNA: “un espacio que me ha dado grandes aprendizajes, experiencias escénicas y vínculos valiosos tanto en lo profesional como en lo humano”, asegura.
Dentro de la universidad ya empezó a ejercer docencia: dictó talleres de tango para personas mayores en convenio con PAMI, participó como docente en diplomaturas en La Pampa y Tierra del Fuego, y actualmente es ayudante de cátedra en la cátedra de Tango 3, acompañando a grandes maestros como Leonardo Cuello, Cristina Fontana y Lisandro Eberle.
Además de formarse académicamente, Flor participa activamente en milongas y espacios sociales del tango. Dice como en una suerte de declaración de principios: “Mi recorrido en la danza es parte esencial de mi vida, y cada paso que doy está guiado por el amor, la disciplina y el deseo constante de aprender y compartir”.
¿Quién es Nico?

Nicolás elige presentarse a sí mismo así: “Soy Nicolás Porley, tengo 53 años. Soy neuquino, pero vivo hace más de 30 en Buenos Aires. Empecé con mi instrumento, el saxo, con el inolvidable Sergio López, en el estudio de arte de Marta Such. En los 80's y 90's toqué rock en Neuquén con Los Pisaduendes, Clase 71 y Corona de Espinas, entre otras bandas. Despues me fui a Buenos Aires y estudié en la Escuela del Sindicato Argentino de Músicos (SADEM) y me recibí en la Escuela Popular de Avellaneda (EMPA). Toqué en muchísimos grupos y formaciones de música latinoamericana, en diversas formaciones de jazz, en espectáculos teatrales, entre otras propuestas. Hoy participo como miembro estable en el cuarteto de saxos “D’coté”, en la “Orkesta Popular San Bomba” (cumbia) y en la “Camerata Porteña” (Tango en la línea Piazzolleana), con quien he realizado esta gira por China”.
Ahora sí: ¡vamos a China!
Quizás lo mejor para comprender íntimamente el impacto emocional y profesional que esta experiencia tuvo al menos en uno de nuestros protagonistas -el más “viejito”- sirva leer una crónica que Nicolás escribió en sus redes sociales al regreso inmediato de China. El texto dice:
“(en China) Todo es majestuoso, no solo los teatros donde actuamos, si no todo lo que tiene que ver con la infraestructura: los puentes, los cursos de agua, los aeropuertos, los trenes bala, las autopistas, las moles de edificios habitacionales, los centros comerciales, los rascacielos. Todo ultra moderno. A la vez... fábricas y campo.
El campo siempre trabajado. Incluso dentro de las ciudades hay sembradíos. Montañas, túneles, bosques. Muchos ríos, mucha agua. Por momentos, por el clima y la vegetación, parece Brasil.
Los teatros de cada ciudad son INCREIBLES: auditorios enormes, pulcros, a la perfección. El diseño, uno mas moderno que otro. Todo perfecto, ordenado. Es una sociedad controlada, sí. Pero da mucho a su población. Me pregunto ¿Donde está la rebeldía?. No hay drogas, pero hay alcohol y fuman mucho. Por algún lado la inconformidad se canaliza. Pero: ¿qué es la rebeldía individual frente a un sistema que da trabajo, calidad de vida, salud y cuidado social a 1.500 millones de personas? Además el comunismo es así, es una revolución que va por fuera de la democracia occidental, y no se vende como otra cosa. No vi estrés. Vi un socialismo de producción (a lo bestia) y consumo. Todos consumen. Son mis impresiones, ojo.
No vi en la sociedad, que los temas políticos estén presentes. No se ve culto al líder ni mucho panfleto ideologizado. Sí vi mucho mensaje del tipo 'cuidemos a nuestros ancianos', 'respetemos la naturaleza', 'los niños son lo mejor que tenemos', y cosas asi.
Ese estrés que no tienen, significa que es una gran porción del mundo que no está desquiciada. Quizas si China se enquilomba, pierde ese estado "zen", y quizás, el equilibrio mundial estaría en peligro, con tanta locura en el resto del planeta. Para mi, son como la reserva de salud mental del mundo. Pero como dije... son impresiones que me quedan de una experiencia que hoy, ya siento como imágenes de un sueño donde conocí el paraíso socialista”.
Las impresiones generadas de manera tan nítida en Nicolás reflejan muy bien la dimensión del asombro socio cultural que sucede cuando uno tiene la oportunidad de abrirse a una experiencia tal.
Y ahora sí, queridos lectores y lectoras: ¡ya estamos en condiciones de conversar con Nico y Flor!
Antes que nada quisiéramos saber si alguna vez se imaginaron una oportunidad profesional como ésta.
Florencia: Sí, la imagine. Desde chica mi sueño fue recorrer el mundo bailando tango. No pensé que fuera tan pronto y de esta manera… Primera gira a China, representando a mi universidad, a mi país y compartiendo con personas tan talentosas.
Nicolás: Mira, en lo personal, la música me ha abierto muchas puertas impensadas para mí, de otra forma estoy seguro que nunca hubieran sucedido todo lo que me pasó. La música me ha hecho conocer muchísima gente, he conocido muchos países, diversidades de espectros sociales. Pero la verdad que China era un país impensado por mí como destino, porque... no sé... ¡es tan lejano! Es como ir a la luna, algo parecido, porque no solo se trata de las distancias geográficas, sino la barrera que existe, hay una distancia cultural también. Tenemos interpuesta una barrera política que hace que no nos llegue la información, que nos sostengamos en prejuicios y realmente me ha asombrado, era tan lejano esto que no pensé que iba a ser posible, pero bueno: hoy fue una realidad.
Pareciera que en el ensamble hay un número interesante entre quienes bailan o tocan y tienen su formación profesional hecha en universidades o terciarios públicos ¿Consideran que es relevante la educación pública superior en artes, cuál es tu punto de vista sobre ese tema?
Florencia: Agradecida con la educación pública y sus equipos educativos que formaron y siguen formando parte de mi aprendizaje y formación profesional. Desde chica concurrí a espacios públicos. Los más importantes que marcaron mi camino en la danza fueron el IUPA en mi ciudad, General Roca. Allí desde pequeña realice el trayecto de danzas clásicas y contemporáneas de 8 años. Esta institución me brindó muchas herramientas, conocimientos y hermosas experiencias, poder aprender de maestros nacionales y extranjeros, participar del ballet de la Fundación Cultural Patagónica, conocer y aprender de conocidos maestros tales como Eleonora Casano y Raúl Candal.
La siguiente institución pública y la más importante para mí fue la Universidad Nacional de las Artes, en el Departamento de Folklore, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Comencé la Licenciatura en Folklore con mención en Danzas Folklóricas y Tango, y también la mención específica en Tango. Ambas carreras universitarias me dieron herramientas fundamentales no solo para formarme como bailarina, sino también para crecer como persona pensante y crítica.
Tanto el tango como el folklore me permitieron conocer en profundidad nuestras raíces culturales, entender cómo se construyen las identidades en el arte, y cómo estas expresiones pueden dialogar con el presente. En la UNA no solo aprendí a bailar mejor, sino a pensar el arte desde su historia, su contexto social y su poder transformador. Gracias a esa formación, hoy valoro la importancia de proyectar nuestra cultura hacia afuera —llevándola con orgullo al mundo— pero también hacia adentro, generando espacios para que más personas, especialmente jóvenes, se reconozcan en el tango y el folklore como parte de su identidad. Creo que ambas danzas siguen siendo formas vivas de expresar quiénes somos y cómo sentimos, desde lo colectivo, lo sensible y lo profundo.

Nicolás: Justamente en este viaje se ha elegido promover de una manera no panfretaria, pero sí manifiesta la relevancia de la educación pública y su carácter de preservación, de desarrollo, de lo que es la soberanía cultural, la soberanía intelectual, cultural, que sin una promoción estatal con líneas claras, corren riesgo de perderse, corren riesgo de perderse y son tesoros, tesoros que tienen la sociedad guardados para preservar de la destrucción de cualquier política pública que pueda agredirlas. Las escuelas, el conocimiento siguen siendo rindadas por trabajadores y personas que están involucradas con su sociedad y que forman a personas que van a incidir en el desarrollo de la sociedad, en la preservación, en el desarrollo y creemos que mostrar una universidad de artes saliendo de gira a nivel internacional, a nivel de grandísima calidad, es una apuesta en valor de lo que es la educación pública, lo que es la cultura nacional, los trabajadores de la cultura, lo que significan como no como desarrollo individual sino como representación o denominador común de lo que es una sociedad y lo que aspira.
¿Se animan a decir las tres cosas que más les asombraron de la sociedad China?
Florencia: Su cultura, la tecnología, el mercado, lo comercial.
Nicolás: El nivel de desarrollo en infraestructura y organización social. Da la sensación de que todo absolutamente ha sido planificado. Paz social (mirada de superficie por supuesto). Muchas cámaras..me pregunto donde está la rebeldía. Ausencia de situaciones de miseria y lumpenaje. La convivencia aparentemente armoniosa entre el estado y el mercado. Hay producción y hay consumo. Si bien hay carteleria con mensajes de valores del socialismo y la cosa comunitaria, no veo excesos en eso. No vi demasiadas imágenes de propaganda ni de culto al líder. Tampoco se nota debate político. Pareciera ser que todo funciona, si aceptas que es así. Esperaba ver una sociedad gris, con mucha gente hacinada. Nada que ver. De hecho no he visto aglomeraciones importantes.
El panorama del trabajo cultural en el último año y medio parece haber cambiado mucho en Argentina a raíz de las políticas de estado tan distintas a lo anterior ¿Se nota eso en vuestro trabajo, de qué manera?
Florencia: Como bailarina profesional, se han cerrado varios espacios culturales que eran escenarios o lugares de exposición, sumamente importantes para seguir en crecimiento y fomentando la danza.
Nicolás: El trabajo de los trabajadores de la cultura depende muchísimo de la mirada que el estado tiene sobre la cultura. Hoy en día no se apuesta a fortalecer la cultura, que queda librada a la preservación que hacen los artistas por sobre lo comercial. Y a veces los proyectos se caen de tanto esfuerzo. Ahí es donde uno siente que es valorado o no, con lo que eso conlleva. Hay un estímulo a no generar arte sino vender "taquilla". Es la diferencia entre Arte y entretenimiento.
¿Consideran que hay una posibilidad de proyectar la cultura argentina hacia afuera tanto como hacia adentro mismo del páis, cómo pensás que se tendría que hacer? Pensándolo desde sus disciplinas, claro...
Florencia: Sí, creo que el tango tiene mucho potencial para proyectar la cultura argentina tanto hacia afuera como dentro del país. Afuera ya hay mucho interés por el tango, pero se puede seguir creciendo con festivales, intercambios culturales y contenidos audiovisuales que muestren el tango actual, no solo el tradicional. Adentro del país, hace falta acercar el tango a los jóvenes y a otras regiones. Se podría incluir más en escuelas, talleres comunitarios y espacios abiertos a distintas formas de bailarlo. Desde mi lugar como bailarina, creo que el tango sigue siendo una forma muy fuerte de expresión y una manera de contar quiénes somos, siempre que se mantenga vivo, auténtico y en movimiento.
Nicolás: Hoy queda a merced de la energía y voluntad que pongamos los artistas.. En el marco de " arréglate como puedas", todo hecho artístico es un acto de preservación y resistencia. En algún momento pudimos pensar que podíamos vivir del arte. Hoy más que nunca es...hace como puedas. Nos diversificamos. Eso por un lado fortalece un músculo creativo. Por el otro... en muchos puede generar frustración. En el mercado las variables son otras.
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