La tiranía imperial de la Times New Roman
- layaparadiotv
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Por Fernando Barraza
Parece un episodio de un relato de ciencia ficción a lo Philip Dick en novelas como "Ubik", o en pasajes de Bradbury en "Farenheit 451"; pero no: es la realidad en ejercicio de plena acción. El gobierno de Donald Trump acaba de prohibir el uso oficial de una tipografía. Créase, o no.
Y sí, el neo fascismo tiene muchas caras, algunas son violentas a secas, y otras son violentas y a la vez ridículas.
La actual gestión del agente naranja acaba de sacar un decreto por el cual prohíbe en todo EEUU el uso de la tipografía Calibri en la redacción de cualquier tipo de documentos oficiales dentro del estado nacional, incluyendo a la administración pública y la justicia federal.
La orden es volver obligatoriamente a la tipografía Times New Roman y suprimir a la Calibri, adoptada en el gobierno anterior. ¿El argumento oficial vertido en los considerandos?: dicen que la Calibries "woke".
La mitad de ustedes debe estar riéndose al leer este relato de torpeza casi de surrealismo fascista. Y la otra mitad ha de pensar que todo esto es una broma. Pero no. Detrás de esta resolución no hay otra cosa que la continuidad de una programada batalla cultural a la que la derecha corporativa global se aferra con uñas y dientes. Presten un minuto de atención:
Según declaraciones esclarecedoras de Marco Rubio, Secretario de Estado de EEUU - personaje de ascendencia latina al que le fascina perseguir latinos y clausurar derechos de todo tipo- la medida se implementa por dos cuestiones centrales.
La primera y principal es demostrar que la propuesta del uso de la Calibri ha sido una imposición ideológica que -según él mismo declaró al New York Times- "fue parte de programas radicales de diversidad que nuestra administración busca eliminar".
La segunda razón se concatena con la primera e intenta colocar a la gestión Trump como ordenadora y seria. Dice Rubio que al obligar a usar Times New Roman el gobierno busca devolver “decoro y profesionalismo a la correspondencia oficial" .
Lo cierto es que se había cambiado la redacción de documentos a Calibri en 2023 porque varias universidades de EEUU habían concluido que, de entre todas las tipografías clásicas y accesibles existentes, Calibri era la que más le facilitaba la lectura a las personas con distintos rangos de dislexia, trastorno de aprendizaje que se viene agravando en el mundo y que ya alcanza al 15% de las personas lecto escritoras en un mundo donde cada vez se escribe menos y se lee más en pantallas, aunque los contenidos sean de red social, casi de tono eslogan y de duración publicitaria.
Pues en este sentido se ha demostrado que la Calibri tiene tres cosas a favor contra la visión lectora disléxica. Una es claridad y simplicidad, porque es una tipografía de tipo "sans serif", es decir que no tiene "serifa" que son los "firuletes" o dibujos caligráficos agregados para favorecer lo estético. Su segunda cualidad es que es una fuente de palo seco, con un diseño de letra simple y directo que hace que las letras se diferencien muy bien entre sí, no hay confusiones posibles entre una "b" o una "d", por ejemplo. No saben lo esencial que es eso para alguien con dislexia. La tercera cualidad es que tiene un espaciado uniforme entre letras y palabras, y este es un grandísimo factor, crucial para la legibilidad.
Por todo esto se optó por oficializarla en los documentos oficiales de EEUU.
Como podrán ver, lo que molestó a la gestión Trump -¡ellos mismos lo admiten!- no fue otra cosa que la perspectiva de facilitación a la accesibilidad y el plan estatal de implementación efectiva para llevar a cabo esa acción de accesibilidad.
A la derecha le irrita que se lleven a cabo acciones desde el estado que promuevan derechos básicos como éste pequeño detalle accesible, porque consagrar derechos genera conciencia, y ellos apuestan -tal y como siempre ha hecho el fascismo- a que la sociedad no sea consciente, sino que reaccione primalmente, que se irrite frente a la sensatez colectiva y la considere un lujo, una excentricidad innecesaria o hasta una perversión, por qué no. Así es como se lleva de las narices a las masas ¿o no?.
Por eso este asuntito de la prohibición de la Calibri, que parece una pavada nimia, es otro certero golpe de efecto aleccionador de la derecha global que hoy están gobernando una de las principales potencias del mundo. Piénsenlo, parece que no, pero sí.
Bueno, me voy yendo. Gracias por leer.
Al retirarme propongo lo siguente: no digamos "Fuck Times New Roman", no no las agarremos con la conservadora tipografia librera, que no tiene nada que ver la pobrecita. Digamos mejor "Fuck Rubio!", que está mejor enfocado.
Y aguante Calibri, y todas esas personas "woke" que durante años investigaron cual es la mejor manera de combatir las dificultades de la lectura disléxica para que millones de personas en el mundo lean mejor, porque-no olvidemos lo esencial- leer nos hace enormes.
PD: El 3 de enero de 1941 una circular firmada por Martin Bormann, secretario personal de Adolf Hitler, informaba a toda la estructura del gobierno y el partido nazi de la prohibición de seguir usando la letra frakturschrift (Letra quebrada).
La medida afectaba a cualquier tipo de publicación oficial, fuera del tipo que fuese, debiendo ser sustituída en lo sucesivo por la antiqua, que pasó a denominarse Normalschrift (Letra normal).
Sin duda, la nueva disposición debió de sorprender a muchos, ya que esa grafía se identificaba completamente con Alemania y el espíritu ario, siendo su uso generalizado. El problema estaba en que se había descubierto que su origen podía ser hebreo








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