La salud en el centro de la escena y en debate de la comunidad.
Ediciones Ciccus publicó “Sistemas de salud. El modelo argentino y el caso neuquino” de Daniel Esteban Manoukian y Nasim Iusef Venturini. Un oportuno libro que brinda datos y contexto a la coyuntura provincial.
“El libro es producto de la recopilación y sistematización de muchos trabajos en los que abordamos el tema y termina siendo el producto de dos generaciones, de dos personas que han tenido diversas vivencias pero que compartimos básicamente una mirada en común respecto de la salud y un anhelo de un sistema de salud más equitativo, universal y de más calidad”
explica Daniel Manoukian, médico e integrante del Centro Universitario de Estudios sobre Salud, Economía y Bienestar de la UNCo.
¿Cómo está organizado el libro?
En dos partes. Una primera parte más conceptual, que analiza cuestiones como las definiciones de salud, de políticas sanitarias, y describe los distintos sistemas de salud que se han dado en el mundo a lo largo de la historia; es decir, cómo las sociedades han resuelto sus temas vinculados con el acceso a la salud.
En una segunda parte, se analiza la evolución el trayecto histórico del sistema de salud argentino desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, y también el sistema de salud de Neuquén, a partir del Plan que se instala en 1970, un trayecto que recorre los últimos 50 años.
Esta sistematización del sistema de salud neuquino ¿se corresponde con la percepción popular de que era el mejor del país?
Si, creo que hay varias cuestiones a destacar en ese sentido. Por un lado, no hay una correspondencia estricta entre lo que pasa temporalmente en nuestro país y lo que pasa en Neuquén, justamente porque la provincia tuvo un sistema de salud con una impronta estatal muy fuerte, inaugurando un desarrollo territorial muy importante. Eso perdura durante mucho tiempo, lo que no sucede en Argentina. Y en efecto, en ese periodo que dura más de veinte años hay una percepción por parte de la comunidad de un sistema que daba una muy buena respuesta en todo el territorio provincial. Esto se va degradando, se va debilitando en distintos aspectos pero sobretodo en lo que tiene que ver con la alta complejidad que es ocupada de a poco por el crecimiento ostensible del sector privado, en los lugares que deja vacante el sector público. Por otro lado, hay una debilitación de lo que tiene que ver con el primer contacto de la comunidad con el sistema de salud, lo que llamamos nosotros el primer nivel de salud, que es un lugar que lamentablemente no es reemplazado por ningún otro actor del campo justamente porque es una actividad no tan rentable. Y cuando el Estado se retira, el sistema se debilita desde su base y eso atenta contra la posibilidad de un acceso universal, equitativo y de calidad.
¿A qué se debe este retiro estatal?
Debemos decir que el Estado no creció en la proporción en que lo hizo la población, tanto en cantidad como en complejidad. Un Estado que en Neuquén en los años ‘70 tuvo la clara percepción de que la salud era un tema relevante, la puso en la agenda pública y política, y en consecuencia invirtió para que el sistema se desarrollará con fortaleza. Eso mismo no ocurrió años después. Es decir, no se pudo sostener esa política sanitaria durante todos estos años y una de las lógicas que nosotros analizamos es cómo se ha planificado y cómo se tomaron decisiones en salud a lo largo del tiempo, cómo fue cambiando esa lógica de planificación y de decisión y cómo en los últimos años eso se trasladó al mercado. El Estado le cedió al mercado la planificación en salud y eso tiene mucho que ver con lo que está ocurriendo hoy en la provincia.
El libro ¿plantea algún escenario a futuro?
El libro termina detallando las debilidades que hoy muestra el sistema, lo que constituye los desafíos que hay que asumir. Y al analizar los desafíos aparecen líneas de acción posibles para propender a la mejor del sistema de salud. En Argentina, tiene que ver con ser capaces de ir integrando un sistema que hoy está segmentado y fragmentado por las distintas coberturas de salud. Nosotros proponemos pensar esa integración desde la periferia al centro; es decir, desde las provincias hacia el nivel nacional y desde la base hasta el techo de la pirámide del sistema de salud, integrando el primer nivel con el segundo, y así sucesivamente hasta la alta complejidad. Esa integración fue un baluarte de Neuquén y tuvo mucho que ver con equipos de salud muy comprometidos y con personal de dedicación exclusiva.
El personal de salud es primordial en el sistema pero en los últimos años la política vinculada con ellos los descuidó, en lo salarial, en lo físico y emocional. Esto se puede recuperar y es parte de lo que está planteado en el libro.
De alguna manera, dejamos una luz esperanzadora porque entendemos que Argentina y Neuquén en particular parten de una plataforma muy sólida en cuanto a salud que debe ser aprovechada para poder crecer y dar cuenta de los desafíos actuales.
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