Ponerse en el lugar de los de Omelas
- layaparadiotv
- 6 sept
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Por María Aurelia Martínez
«Los que se marchan de Omelas» (También editado en español como "Los que se van de Omelas", "Quienes se marchan de Omelas" o "Los que se alejan de Omelas") de Ursula K. Le Guin es un relato que nos transporta a la ciudad utópica de Omelas, un lugar lleno de felicidad y alegría. La historia comienza con la ciudad que festeja la Fiesta del Verano, en la que los ciudadanos participan en desfiles, bailes y competencias, disfrutando de una vida plena y sin preocupaciones, son personas felices que disfrutan de una vida sin reyes, esclavos, policías, ni armas. Es un lugar ideal, casi perfecto, donde la tecnología y el lujo están presentes solo en la medida en que no interfieren con la felicidad y el bienestar general.
La felicidad y prosperidad de toda la ciudad dependen de la miseria de un solo niño. Este niño, que podría tener unos seis años, pero en realidad es mayor, se encuentra encerrado en un pequeño cuarto oscuro, sucio y húmedo, en condiciones deplorables. Está desnutrido, enfermo y atemorizado, y pasa sus días en soledad, recibiendo únicamente el mínimo sustento necesario para seguir viviendo. La razón de su encarcelamiento es un secreto conocido por todos los ciudadanos de Omelas, quienes saben que su bienestar depende de la continua miseria del niño. Todos son conscientes de que su liberación traería consigo la destrucción de toda la felicidad y la belleza de Omelas.
Esta cruel realidad es revelada a los jóvenes cuando tienen la edad suficiente para comprender la gravedad de la situación, generalmente entre los ocho y doce años. La mayoría de ellos, aunque inicialmente llenos de horror y disgusto, eventualmente llegan a aceptar la necesidad de este sacrificio. La posibilidad de una felicidad más profunda y significativa en sus propias vidas justifica la existencia de este terrible acto.
Sin embargo, no todos los habitantes pueden aceptar esta situación. Algunos, después de enfrentarse a la realidad de la paradoja moral que sostiene su sociedad, no pueden seguir viviendo en Omelas. Estos individuos, adolescentes o adultos, hombres o mujeres, eligen marcharse. Salen hacia el desconocido, hacia un destino incierto. Es claro que han decidido abandonar la felicidad cómoda y segura de Omelas para buscar algo más allá, algo que tal vez ellos mismos no comprenden completamente.
Es un relato que presenta una reflexión profunda sobre los costos de la felicidad y la moralidad de las decisiones colectivas. Hay un abismo entre la cómoda seguridad de una sociedad feliz y la necesidad de que exista un sacrificio para mantenerla.
Se trata de un relato extremo (o no) pero útil para realizarnos preguntas pertinentes.
El filósofo y jurista Michel Sandel dice: “Una sociedad justa distribuye los bienes: deberes, derechos, oportunidades de manera equitativa. Da a cada uno lo suyo”
Es una premisa que establece parámetros de igualdad en un mundo donde los poderes económicos (y otros) intentan saltar por sobre ese valor, despreciando las ideas de libertad, bienestar y virtud. Lo difícil empieza cuando nos preguntamos qué es lo de cada uno y por qué lo es. Hasta dónde los individuos (cada uno de nosotros) está dispuesto a sacrificarse por el bien de otro.
Quien parece el más valiente puede resultar el más cobarde y el más cobarde puede revelarse como un valiente, personas muy buenas llegan a hacer cosas muy malas y viceversa. Todo esto puede parecer muy simplista pero lo cierto es que nadie sabe cómo va a reaccionar a la hora de la verdad.
Ponernos en el lugar de los habitantes de Omelas es ponernos en un lugar posible.
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