¡Vamos a jugar al tejo!

¡Vamos a jugar! decimos a menudo, y se encienden las luces de una mesa con dados, cartas, o una pelota de futbol rueda en la imaginable cancha, o depositamos un par de fichas en alguna ranura mágica, jugamos, competimos porque sabemos que al final del juego alguien gana y alguien pierde, pero lo cierto es que jugamos. Es esta práctica lúdica tan antigua como la humanidad y en ella ponemos lo que aprendimos y lo que naturalmente transmitimos, casi sin darnos cuenta.

¿Qué es el juego sino un desafío al azar, a la suerte, a la sorpresa, al goce por el goce mismo?. En cada rincón del planeta, el humano ha creado juegos para relacionarse, para probar cualidades, para desafiar y desafiarse, para competir, y a tal punto que reyes y bastardos se sometieron al juego para tironear del poder, para subir al podio del poder.

Con el juego se goza y se sufre, con el juego se piensa y se liberan esas intimidades tan propias del humano y tan lejos (muchas veces) de la humanidad misma.

Cada país, cada cultura ha creado formas del juego propias que se trasmiten de una generación a otra y que también se trasladan de una región a otra como intercambio cultural naturalizado por las comunicaciones y por la movilidad natural de quienes van de un lado a otro.

¡Vamos a jugar!, se dijeron un grupo de personas vecinas que habitan el Barrio Provincias Unidas de la ciudad de Neuquén, en esta lejana Patagonia. La Comisión vecinal se puso en marcha para jugar y construyó tres canchas de Tejo en el corazón mismo del barrio frente a la plaza. En el terreno adjudicado por la Municipalidad, hoy lucen las tres canchas con un puñado de hombres y mujeres que tiran ese disco que les da el resultado de su desafío: es el TEJO.

El Tejo

Llamado también TURMEQUÉ , consiste en lanzar un disco metálico de aproximadamente 680 gramos en una cancha de juego de 19.5 metros de largo y 2.5 metros de ancho. En Colombia es deporte nacional y era practicado ya hace más de 500 años por los habitantes de la altiplanicie cundiboyacense en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá.

El juego del turmequé; consistía en lanzar un disco de oro llamado "Zepguagoscua", el cual evolucionó con los siglos en el juego del tejo practicado hoy y de donde ha salido a sus países vecinos. Al popularizarse, el "zepguagoscua" fue sustituido por un disco de piedra y actualmente se usa uno de metal (tejo).

El tejo es un deporte de competencia, en el cual se enfrentan jugadores en forma individual o conformando equipos. El juego consiste en lanzar el tejo desde una cancha a la otra, con el objetivo de enterrarlo dentro del bocín, reventar una mecha o en su defecto, enterrarlo más cerca al bocín que los demás competidores.

Hay fiesta en el Barrio Provincias Unidas en Neuquén, (calles Rio Carcarañá y Santa Teresa), los jugadores se prepararon para competir y divertirse. Y así fue: los discos pasaron de mano en mano y el entusiasmo creció, las “barras” de seguidores eligieron a sus preferidos, el mate paseaba al compás de la tarde/noche primaveral, y las bromas se multiplicaron en la simple y sencilla manera de vivir el juego.

Señores y señoras, juguemos al tejo o a cualquier otro de los milenarios heredados de la cultura humana, pero ¡juguemos!.