El revolucionario disco de las bolitas
- layaparadiotv
- 4 may
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Por Fernando Barraza
Hablemos de un disco de estudio no tan conocido pero realmente alborotador en varios aspectos.
Hay dos maneras de celebrar los 21 años de “Marbles” y hacerle justicia a lo importante que es este disco.
Una es desde lo musical, contando que fue el álbum que volvió a poner en el foco de la atención masiva a Marillion entre las personas de todo el planeta que amaron y aman al rock progresivo y, además, sumó un nuevo público para la banda.
Es un disco inspirado, con composiciones tan sólidas como profundas. Trata las temáticas que se esperan de toda buena obra del progresivo: existencialismo, visión detallada del mundo en el que se vive a través de metáforas bien laburadas y un buceo por el mundo de los sentimientos sin tener miedo pop a exponerlos. Maduro, pero con los riesgos que hay que tomar para contar las cosas bien.
Es un disco que aun hoy suena como venido de un futuro elegante. Los responsables de esto son Dave Meegan, productor que como técnico de estudio hizo sonar limpio pero sofisticado a Gary Moore, a Rush y -anotá este dato nerd- es el responsable de las dos “grabaciones del galpón” de “Rattle And Hum” (“Desire” y “Van Diemen's Land”) que se suenan todo ¿o no?. Junto a Dave hay dos alfiles en el estudio como ingenieros de piso y mezcla: el maestro Steve Wilson y Michael Hunter. A eso sumale la experiencia de casi tres décadas que tenía Marillion grabando y ya te podés imaginar por qué el disco suena así de bello y profundo.
Sobre el repertorio podemos resaltar que este es el disco que tiene tres de las canciones que resultan ser las favoritas del público amplio de Marillion, ese que no le sentenció la muerte a la banda cuando Fish se fue. Esos temas son “Invisible Man”, “Fantastic Place” y “Neverland”, tres composiciones que generan un aullido de euforia cuando empiezan a sonar en vivo en cualquier sitio del planeta.
Este es un discazo total del neo progresivo, quizás el que le devolvió la popularidad global al género y lo sacó del nicho de audiencia en el que vivía en Gran Bretaña por aquellos años (último lustro de los 90's y primero de los dos mil).

La otra manera de homenajear este álbum con justicia es contar que fue el primer disco completamente financiado por su público de manera previa. Pero todo eh: desde el periodo de composición, pasando por la grabación, la masterización y hasta la distribución física de cedés, vinilos y cassettes.
Marillion ya venía experimentando auto financiamiento desde el aterior disco, “Anoraknophobia” y ese método es algo que ellos mismos inventaron para que luego miles de bandas musicales, realizadores audiovisuales y escritores de todo mundo copiaran como modelo eonómico para bien de la creación independiente. Así nació el hoy famoso "crowfounding", es decir eso que hace que tu público te financie sin tener que pasar por una multinacional que te pele los bolsillos y te trate como una golosina que puede o no venderse. Si se vende, te ama. Si no se vende, tira tu obra a la mierda.
Esta dignidad que Marillion estaba creando a principios de siglo 21 nació en 1998, cuando estaban de gira presentando “This Strange Engine” y su sello -Castle- no los distribuia fuera de Inglaterra. Esta situación frustrante hizo que la banda no pudiera distribuir como corresponde y mucho menos hacer giras por EEUU, lo que movilizó a su público en los foros de la página oficial de la banda y logró que desde EEUU juntaran más de 60 mil dólares para que la banda viaje. Esto fue algo que Marillion no solo tomó con un agradecimiento eterno, sino que se convirtió en una enseñanza. A partir de este punto el grupo supo con el alma y el bolsillo que contaba con su público y que por cualquier tema podía mantener un contacto directo con ellos por sobre encima de cualquier intermediario. Resultado final: en cinco años de laburo sostenido armaron su productora, su sello, su propio estudio de grabación y solo tres discos después, con este magnífico “Marbles”, la banda consolidaba el crowfounding definitivo. Hermosa historia para destacar ¿no?
Todo esto es bueno contarlo para entender que los caminos de creación cultural y artística se fortalecen cuando uno sortea la supuesta buena ventura (¡falsa!) de la picadora de carne de la industria.
Feliz cumpleaños entonces a este discazo que llegó con una bandera de indepencia para mostrar y que no solo es una obra musical estupenda, sino que es un modelo de laburo digno y super fortalecedor!
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