Investigaciones sobre la infancia.
Fogonazos, fragmentos inexplicables sin contexto, algún recuerdo un poco más entero, no volvemos a la infancia pero está.
En mi casa había un armario modestísimo que contenía, muy mal acomodadas, una cantidad importante de “novelas del oeste”, sí, sí, las novelas de cow boys.
Los mismos que nos mandaba Hollywood, a través de las películas. Creo que con esos relatos inauguré la actividad de la lectura. Eran fáciles de leer, se resolvían a los tiros y por lo general incluían la anécdota de algún amor.
Vine a saber los nombres de los escritores nunca memorizados: Silver Kane, Zane Grey, Tony Hillerman, entre otros, y un insólito Marcial Lafuente, español de pura cepa, actor comprometido de las fuerzas republicanas durante la GCE. En la cárcel empezó escribir en el papel higiénico, dicho por él. Más tarde se dedicó a publicar y llegó a producir dos mil seiscientas novelitas en formato octavilla de no más de cien páginas.
Contemporáneo de Corin Tellado no llegó a la cantidad producida por la española pero fue tan exitoso como ella. Utilizaba seudónimos: Dan Luce o Dan Lewis, alcanzó reediciones continuas de treinta mil ejemplares. Mostraba un oeste verosímil aunque era un toledano que jamás salió de España. Y como me sonaba investigué más. “Se leyó enterito a Don Marcial Lafuente…” dice Serrat en el Romance del Curro del Palmo.
En mi casa, colgado sobre la pared, había un misterioso objeto de madera con forma de corazón que tenía una inscripción: “LA MADRE ES EL UNICO DIOS QUE NO TIENE ATEOS”.
Me parece haber leído esa frase infinidad de veces sin entenderla, al final claudiqué, tuve que preguntar qué quería decir. Vine a saber que el poeta francés Ernest Legouvé la escribió pensándola como imagen de divinización materna, dicen, pero además era dramaturgo, moralista y crítico. “Moralista”, el hombre murió en 1903, se usaba ese término. Con qué criterios se aplicaba es otra historia.
Es la primera vez que leo que un varón es considerado uno de los precursores del feminismo por sus textos sobre la historia moral de las mujeres y la defensa de su educación. Defendió la igualdad en la diferencia enfatizando la fundamental división entre los sexos y defendiendo la superioridad moral de las mujeres. No deja de impactar que aunque sea por “su moral” las mujeres fueran consideradas superiores alguna vez.
Mi madre usaba la crema Tortulán para la cara, era antiage y corrían los 50-60. Probablemente yo misma la usé a escondidas, es solo una probabilidad. Vine a saber que desde hace décadas este producto se dedica a “borrar arrugas”. Adjuntaba un folleto sobre cómo masajear correctamente la cara.
El nombre Tortulán se origina a raíz de que la crema contenía aceite de Tortuga de Mar, al menos en esa época. Su distribuidor era la empresa Lakme, una cosmética española que aún existe.
En la actualidad Tortulán es fabricada por Siscom Beauty Lab, una empresa que también se dedica a la producción de los cosméticos Mary Stuart y el bronceador Rayito de Sol.
“La crema de belleza Tortulán es ideal para lograr en poco tiempo un cutis tan suave como terciopelo, tan puro como un lirio, tan liso como raso, tan tierno y acariciador como el armiño”
Si eso no te conforma …
En mi casa todos nos peleábamos por usar el Flit. Pulverizar los insectos : Esparcir un líquido sobre un lugar en forma de gotas muy pequeñas. Hoy pulverizar es mucho más complicado y peligroso.
Vine a saber que este producto fue inicialmente comercializado en 1923 en Estados Unidos por la petrolera Standard Oil Company, la compañía de John D. Rockefeller. (¿Cuándo no?) Contenía hasta fines del 40 un 5% de DDT.
Decía la publicidad: “La sucia mosca lleva consigo microbios de enfermedades mortales. La muerte puede llegar a su hogar en las alas de las moscas. Mátelas enseguida antes que ellas lo maten a usted”
Agregaba que era inofensivo para los humanos.
Maria A. Martinez #relatosescultura #mamartinez #lainfancia #layapacomparte
