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Norte patagónico en la crónica de Isidro Belver

Isidro Belver, es un habitante patagónico del norte de la Provincia del Neuquén. Vive con su compañera en un hogar construido a puro trabajo y amor. Sus conocimientos sobre historia, y en particular, del norte de la provincia, hace placentera e interesante la lectura de sus aporte a través de las redes.

Leyendas, anécdotas, reflexiones contribuyen a conocer un poco más de la vida de los pobladores de esos lares.


Isidro Belver, Huinganco, Provincia de Neuquén, Argentina
Isidro Belver, Huinganco, Provincia de Neuquén, Argentina

Somos buscadores de noticias, y de todo aquello que enriquezca las páginas de layapaweb.com. En esta ocasión, del muro de Isidro Belver, compartimos este relato cargado de emoción.

 

PARTERO Y BAUTIZADOR


🤰🌨️❄️ Andacollo estaba tapado por una sorpresiva nevada de un raro Julio "harto heloso y seco" y -llamémosle María- aguantaba su embarazo a punto, esperando que amainara la tormenta, amaneciera y llegar " a consulta" al hospital.

🤰Pero la pequeña vida encerrada, no conocía de horarios ni "emergencias climáticas" y empezó a apretar para hacerse presente, con urgencia.


🤰 María encomendó a -llamémosle José- que fuera a buscar algún enfermero al cercano y pobre hospital, a 6 escasas pero interminables cuadras puebleras. Pero ya no había tiempo de ir, avisar, volver y volver a ir a pie, porque no había ambulancia, ni la nieve permitía circular algún tipo de vehículo con más de medio metro de nieve y a las 2.30 de la mañana. Así que José se determinó:


🤰-No, María!..., vamos!!. Abrigate bien que yo te voy abriendo camino en la nieve con la pala!!!.


🤰 Y salieron a la noche inclemente. Detrás de José abriendo la nieve apenas para pisar seguro, en lugares hasta más arriba de las rodillas, iba María, ya dolorida, con las manos apretándose su panza rebosante. Pasaron a pura pala y gemidos frente a la usina, ante el estupor del encargado de la noche, Don Florencio. Inmediatamente se ofreció a palear, pero al ver que María se quejaba y vacilaba en la nieve, se puso a su lado apuntalando su penoso caminar.


🤰Llegaron a una pequeña plataforma techada, piso de cemento de los surtidores de combustible, limpio de nieve. María no daba más, sabía que su vida encerrada, quería venir a este mundo y estaba apurada sin importarle el frío, la nieve y un pueblo dormido al que no le importaba su llegada.


🤰Y María no pudo más, se fue deslizando de las fuertes manos de don Florencio y se desmayó sobre el cemento. José corrió a socorrer a su María, pero don Florencio le gritó que dejara la pala y corriera a buscar ayuda al hospital, 100 m apenas porque:

🚼-¡¡¡¡¡el güeñe está saliendo!!!!!!


🤰Como una exhalación sobre la profunda nieve, tirando la pala, saltando, cayendo y corriendo, José llegó a la puerta del viejo hospital, gritó y golpeó pidiendo ayuda, salió el enfermero de turno y mientras éste entró a pedir más ayuda y una camilla, José se volvió desesperado a los surtidores.


🤰Don Florencio, calmo pero grave en su decisión, levantó a María, la calzó en sus brazos y ya había emprendido el penoso camino en la nieve con su preciada carga. En mitad de cuadra lo alcanzó José y en los esfuerzos por tomarla y asegurarse de que no cayera, vieron lo impensado: ¡¡¡¡¡alguien, venía saliendo!!!!!!.....


🤰No hubo desesperación, sólo apuro, mucho apuro. María despertaba y volvía a desmayarse con sus esfuerzos de vida en esos eternos 30 metros. Sin saber cómo, llegaron tres cuerpos fundidos en la semipenumbra a los escalones de la puerta del hospital e instintivamente descargaron el cuerpo casi inerte de Maria.


🤰Mientras hacían sus últimos esfuerzos para subir a María en la camilla, también María, inconsciente hizo su último esfuerzo y una informe masa de sangre y carne se depositó en brazos en mano de Don Florencio.... ¡Había nacido!... ¡Y de cola!... ¡¡Y era una nena!!.... ¡¡¡Y estaba negrita por la asfixia, con el cordón al cuello!!!!!!.....


🤰.... Don Florencio sólo se acuerda hoy, que la recibió y sostuvo en el aire; sin saber qué hacer con su carga acompañando a José y el enfermero que llevaban a María en la camilla hasta una cama. Allí, en manos seguras, depositó su carga. Cuando sintió el grito de vida de "la negrita", se volvió tranquilo, callado, misión cumplida, entre la nieve y el silencio a su puesto de la usina.


🤰En el libro de novedades de esa noche, se lee: "Abandoné un momento el servicio para ayudar a una vecina "enbrazada" al hospital. Regresé 3.20 hs. Servicio normal".


🤰Al tiempo, María y José fueron a buscar a don Florencio, para que "le diera el agua" y fuera el Padrino de "la negrita", Angélica de las Nieves....


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A Hilda la escuchás AQUI

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