Todos los fuegos
- La Yapa
- 23 feb
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"Sabed que fue un rayo lo que trajo el fuego a Marte que es el hogar original de todas las llamas que disfrutamos" (Lucrecio)

Existen yacimientos que conservan pruebas de material quemado de hace aproximadamente 1.5 millones de años.
El cine, en “LA GUERRA DEL FUEGO”, muestra la historia de unos cuantos primitivos hombres (humanos del Neolítico) divididos en dos bandos que se pelean (cuando no) por mantener una llama encendida. Aún no tenían lenguaje, pero sí un gran instinto de supervivencia. Esto sucedía mucho antes de que el dinero existiera.
Luego está la historia de la zarza ardiente con la que dios se presentó a Moisés provocándole el mayor susto de su vida.
Desde allí se deslizaron el espíritu santo como fuego, la llama del amor divino como fuego y para no ser menos, el fuego del maligno, del rey del infierno que fue concebido para quemar, en lo posible, a todos los rebeldes, con y sin causa.
“llama, combustión, ignición, lumbre, brasa, candela, incendio, quema””, dice la Rae sacrosanta.
Los fuegos iluminan los cielos, cambian los colores, espolvorean el aire cambiándolo por humo. Queman pastizales, árboles, hierba, animales, casas, no es apocalipsis, es lo que hemos conseguido que nos suceda.
Cuándo fue que la sombra cruzó este trecho, que se levantó el fuego enmascarado y ya no lo conocimos. Ahora nos labra los costados, ahora será tarde, ahora será una herida como un número, ahora que ya no es el bosque, ahora que no son las ramas, ahora esos lugares, esas pérdidas, los suelos que no hay, … y después. ¿Cómo? después.
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