Un locutor inventado por él mismo
- layaparadiotv
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura

En 1926 nació Antonio Carrizo en la Provincia de Buenos Aires. Era un muchacho con aspiraciones varias: quiso ser futbolista, artista, y algunas cosas más que él mismo declaró en varias oportunidades, en el marco de las numerosas notas que se le realizara durante su trayectoria profesional al micrófono.
Sin embargo, lo que no se imaginó, ocurrió: se transformó en una pieza fundamental en los medios de comunicación nacionales, Trabajó en numerosas radios importantes como Mitre, Rivadavia, Canal 13, presentador de lujo en grandes festivales nacionales además de ser protagonista en cine dirigido por Luis Cesar Amodori y Enrique Carreras (1963). Fue uno de los mayores conocedores y estudioso de la obra de Borges, sumado a ser el Agregado Cultural de la Embajada Argentina en España. Varios programas de radio y TV, guardan valiosos archivos de aquella trayectoria, orgullo para la profesión.
Dueño de una gran formación intelectual, lector empedernido, filósofo, un decidor con un lenguaje rico en metáforas y precisiones, asombraba con la rapidez de armar una frase adecuada al momento y al entrevistado y la manera de picar en primera apenas se encendía la luz del estudio.
Lo conocí y entrevisté en una confitería de Coronel Diaz en la Ciudad de Buenos Aires (“Tabac”). Fue un encuentro casual. Entrando al lugar, en un rincón frente a frente y entusiasmados con el diálogo, estaban él y Juan Carlos Calabró. Sin dudar saqué mi grabador de la cartera y enfilé para abordarlos. No tuve que hacer ningún esfuerzo ni apelar a ninguna excusa, solo decirles: quiero charlar un minuto con ustedes, y con una sonrisa accedieron a una breve conversación. Estaban preparando el programa de humor que hacían y que marcó un hito en la TV: “Toda estrella tiene un contra”.

Ante mi asombro me mostraban los papeles manuscritos por ellos mismos donde aparecían algunas frases, señales a tener en cuenta en el transcurso de la emisión del próximo programa que se emitía en esos días. Verdaderos capos en el asunto, con un manejo de la improvisación que dejaba un sabor a querer permanecer en ese momento un poco más.
Una entrevista breve, para el recuerdo y agradecida: Antonio Carrizo se lo merece.
Comentarios