Duelos eran los de antes...
Los 23 de julio se celebra el Día del payador en recuerdo de un duelo verbal sostenido en Paisandú entre Juan Nava y Gabino Ezeiza.
El duelo recordado en la efeméride sucedió en el año 1884 (VER AQUI), pero unos años antes, en 1872, el escritor José Hernández convertiría en best seller (20000 ejemplares la primera edición) otro gaucho con dotes para el verso: Martín Fierro.
Tan famoso es el libro y su segunda parte que en el año 1913, Leopoldo Lugones daría una serie de conferencias en el Teatro Odeón que en 1916 se publicarían bajo el título de “El payador”.
Esas disertaciones tenían el propósito de rescatar la figura de esos “antiguos cantores errantes” y presentar al poema de José Hernández como “la gran epopeya nacional”.
La fecha de su publicación no es azarosa sino que coincidió con el centenario de la independencia argentina, que ese mismo año iba a estrenar sufragio universal para todos pero no para todas, algo a lo que el mismo Lugones se oponía fuertemente.
Esa pasión del autor cordobés por lo gauchesco se remonta a la publicación en 1905 de “La guerra gaucha”, que en 1924 fue llevado al cine por Lucas Demare, con guión de Ulyses Petit de Murat y Homero Manzi, un santiagueño que iba a ser famoso algunos años más tarde por versear pero en otra métrica: la del 2 x 4. Porque las andanzas del gaucho Martín Fierro están compuestas en una sextina poética de versos octosilábicos, con resolución en rima abbccb:
Aquí me pongo a cantar (a)
al compás de la vigüela, (b)
que el hombre que lo desvela (b)
una pena estraordinaria (c)
como la ave solitaria (c)
con el cantar se consuela. (b)
El payador será homenajeado 50 años después por Héctor Roberto Chavero, al titular su poema en forma de milonga “El payador perseguido”, compuesto en la misma forma poética que el Martín Fierro y que da voz a un cronista que no se define payador, ni está siendo perseguido.
Con permiso via a dentrar
aunque no soy convidao,
pero en mi pago, un asao
no es de naides y es de todos.
Yo via cantar a mi modo
después que haiga churrasquiao.
O la traducción musicalizada por Jorge Cafrune:
Con su permiso voy a entrar
aunque no soy convidado,
pero en mi pago un asado
no es de nadie y es de todos,
yo voy a cantar a mi modo
después que haya churrasqueado.
Aunque tanto Cafrune como “el hombre que vino de lejos para contar” (significado quechua de Atahualpa Yupanqui) si sufrieron persecución por ponerse a cantar “las dichas y pesares de la tierra querida”. Pero eso es tema de otra colaboración.
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